Rita




 

 
 
 
 

Aparecido en el
catálogo de la exposición
Procesos, Cultura y nuevas tecnologías
Madrid, 1986

y en Conocer mayo 1987


-Todo empezó en 1962 cuando Ivan Sutherland, un investigador norteamericano, elaboró unos programas en los que se mostraba las posibilidades del monitor de televisión como medio de presentación e interacción. Dibujaba trazos con una suerte de estilográfica y entonces sus gestos quedaban reproducidos sobre el monitor.

Alvy aprovechó el momento en que el realizador ofrecía unas imágenes en blanco y negro con Sutherland haciendo una demostración de su invento para hacer una pausa en su disertación y tragar saliva. Su actuación ante la cámara estaba resultando correcta, y le pareció que el nerviosismo inicial empezaba a ceder. Cuando el objetivo de la cámara de televisión volvió a apuntarle continuó hablando con aplomo.

-El primer impulso industrial para el desarrollo de la infografía provino del entrenamiento de pilotos de avión. Volar es caro y arriesgado, así que desde los primeros tiempos de la aviación se han ideado sistemas para entrenar a los pilotos sin tener que volar.

Se vieron entonces dos aviones de formas estilizadas que sobrevolaban un paisaje de colores elementales. Alvy apreciaba aquellas imágenes; verlas con ocasión de la esperada oportunidad del programa de televisión y experimentar de nuevo la sensación placentera hicieron sentirle satisfecho de sí mismo. Pensó que conferenciar ante una audiencia televisiva era como hacerlo en un aula de la universidad. Sin embargo, tras los focos del estudio sólo había gente más preocupada por el desarrollo técnico de la emisión que por sus palabras. Entonces echó en falta la visión de las piernas de una estudiante de carne y hueso.

Alvy hizo una pausa en su disertación y, seguido de cerca por una cámara, caminó hasta instalarse junto a una mesa en la que había un ordenador.

Tecleó diversas instrucciones y en el monitor se desvelaron los contornos de una figura femenina. Entonces la imagen, la misma que veían entonces los telespectadores, fue ganando nitidez. A los pocos segundos se podía reconocer perfectamente en ella a Rita Hayworth.










Relatos del asombro